Hacer ejercicio contribuye a minimizar molestias digestivas
El equipo de nutricionistas de Gold’s Gym pueden brindar apoyo a miembros con patologías estomacales a través de planes de alimentación específicos y personalizados
Ejercitarse regularmente, masticar bien los alimentos, excluir las comidas que no tienen valor nutricional, evitar consumir azúcares en exceso, productos ultra procesados y no comer frituras ni comida chatarra, son hábitos que contribuyen a mantener una buena salud digestiva, según los expertos.
“Una de las principales causas de los problemas digestivos es el estrés y el hacer ejercicio reduce las tensiones y obviamente hay mejoría en lo que son patologías como las gastritis, el intestino irritable y el estreñimiento. Además, por supuesto, de los otros beneficios que tiene para todo el organismo”, asegura Amelia de La Peña, nutricionista en la cadena de salud y bienestar integral Gold’s Gym.
El ejercicio reduce la gastritis
La especialista explica que el entrenamiento ayuda para el tono muscular de la zona abdominal lo cual influye directamente en el mejoramiento de la función de todos los órganos de esa área, y esto a la vez se percibe en una disminución de las flatulencias y la constipación.
El ejercicio físico además contribuye a la prevención de enfermedades que afectan el sistema digestivo como la diverticulitis y las gastritis.
“La actividad física aumenta el metabolismo y cuando nuestro sistema metabólico está funcionando bien, los procesos digestivos se llevan a cabo con normalidad y se evita lo que es la pesadez estomacal y reduce el riesgo del estreñimiento, por ejemplo. Estos efectos se ven con el entrenamiento correcto y con una duración prolongada, no de diez minutos ni tampoco en exceso. Todo esto va a ayudar a una persona sana a mantener su sistema digestivo en buenas condiciones”, señala De la Peña.
La alimentación y el entrenamiento
De la Peña explica que no hay alimentos “buenos o malos” para la digestión, pero aclara que el exceso de cualquiera puede ser dañino para la salud. “El aguacate es un buen alimento, por ejemplo, pero eso no significa que deba comerse todos los días. Hay que alimentarse equilibradamente con todos los nutrientes que el cuerpo necesita”.
Las fibras y los probióticos sí ayudan a la salud digestiva. En el caso de la fibra, esta evita el estreñimiento y los probióticos como el yogurt mejoran la flora intestinal.
La especialista aclara que no es recomendable comer “pesado” y hacer ejercicio inmediatamente porque se interrumpe la digestión. Si se trata de sus asesorados en Gold’s Gym que entrenan muy temprano en la mañana, les indica una “comida de preentrenamiento” que sea ligera como lo es un batido, la avena, una fruta o una merengada de proteínas con carbohidratos.
Lo que no recomienda es entrenar sin haber consumido nada de alimento porque la persona se agotará más rápido, el cuerpo se deshidratará más rápido y no se hará bien el ejercicio.
“Con un jugo, por ejemplo, que ya ha sido licuado el proceso de digestión es mucho más rápido, porque el estómago no tiene que trabajar para disolver esos alimentos que vienen enteros cuando se consuma comida sólida. Luego del entrenamiento, entonces si les recomiendo que desayunen”, afirma De La Peña, quien forma parte del equipo de nutricionistas de Gold’s Gym en Caracas.
En la tarde aconseja una merienda antes de entrenar como una fruta o un batido que tenga una pequeña cantidad de carbohidratos con proteínas.
Si una persona consume arroz, con vegetales y una proteína como una porción de pollo debe esperar al menos una hora y media para realizar la digestión antes de entrenar, asegura la especialista. Advierte que, si una persona no espera este tiempo, puede presentar náuseas y malestar estomacal.
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